
SINOPSIS: Louisa Clark sabe muchas cosas. Sabe cuántos pasos hay entre la parada del autobús y su casa. Sabe que le gusta trabajar en el café The Buttered Bun y sabe que quizá no quiera a su novio Patrick. Lo que Lou no sabe es que está a punto de perder su trabajo o que son sus pequeñas rutinas las que la mantienen en su sano juicio. Will Traynor sabe que un accidente de moto se llevó sus ganas de vivir. Sabe que ahora todo le parece insignificante y triste y sabe exactamente cómo va a ponerle fin. Lo que Will no sabe es que Lou está a punto de irrumpir en su mundo con una explosión de color. Y ninguno de los dos sabe que va a cambiar al otro para siempre. Yo antes de ti reúne a dos personas que no podrían tener menos en común en una novela conmovedoramente romántica con una pregunta: ¿qué decidirías cuando hacer feliz a la persona a la que amas significa también destrozarte el corazón?
Esta es sin duda una de las mejores lecturas del año, una obra que te atrapa desde la primera página. Además tiene dos protagonistas tan bien definidos, tan diferentes, y a la vez tan iguales, que enamoran y no podrás parar de leer hasta terminarla. Es cierto que es una historia de amor, aunque considero que está fuera de lo normal, ya que creo que es más sentimental. Esta es una obra dulce, como también es agria y emotiva, que provoca tantas emociones que resulta difícil de catalogar. Lo mismo estás riendo que estás llorando. Lo que tengo claro es que deja huella.
Como bien dice la sinopsis, qué se puede responder ante la pregunta: ¿qué decidirías cuando hacer feliz a la persona a la que amas significa también destrozarte el corazón? Puede parecer fácil, pero os aseguro que para la protagonista, Lou, no lo es. Tampoco resulta fácil para la familia de él. Ni siquiera lo es para Will, un hombre que en apariencia lo tenía todo y de la noche a la mañana se queda tetrapléjico.
Lou es una mujer con un gusto un tanto especial a la hora de vestir, le encantan los colores fuertes y las medias estrafalarias. Esto no es más que un reflejo de su vida. Por otra parte, Will es un hombre de éxito y muy atractivo, que pertenece a una familia adinerada. Ambos protagonistas se conocen en una situación un tanto atípica, ya que Lou entra a trabajar para Will, tiene que cuidar de él y atender todas sus necesidades. Will no se lo va a poner fácil, porque al principio se muestra como un hombre amargado y distante, pero con lo que no cuenta él es con el carácter de Lou, una mujer jovial y decidida, aunque su familia la considera un poco simple. No tienen nada en común, aunque poco a poco irán conectando. Lou conseguirá que Will sonría y ella conocerá a un hombre culto y con mucho sentido del humor, dadas sus circunstancias. Es entonces cuando surgirá entre ellos algo más que confidencias.
Yo antes de ti no solo es una historia de amor, también hay un debate moral, te hace reflexionar y ponerte en los diferentes puntos de vista sobre cómo sobrellevar el hecho de que Will no desee seguir viviendo. A lo largo de la trama vemos cómo es la vida de una persona tetrapléjica y, en este caso, Will dispone de dinero para tener un fisioterapeuta y unos cuidados que no todo el mundo en su misma situación puede pagarse. No me quiero ni imaginar cómo será el día a día de una persona que no dispone del nivel económico de Will. ¿Qué hacer cuando la persona que amas te dice que tiene decidido morir? ¿Cómo hacerle cambiar de opinión cuando ya tiene una decisión tomada? Y lo que es más duro para Lou, ser capaz de aceptar la decisión de Will sea cual sea.
Como digo, es una novela dura, pero la autora tiene la habilidad de no recurrir a la lágrima fácil, a hacerte ver cómo son las cosas. Durante toda la trama podemos ver la coherencia en los personajes y cómo van evolucionando (en el caso de Lou es más que evidente ya que adquirirá la confianza que le faltaba antes de conocer a Will). Desde luego, no podría haber tenido otro final.
Resumiendo, esta es una novela que recomiendo, una obra que te conmueve, te deja sin palabras y te llega a lo más profundo. Eso sí, preparad pañuelos. Hay historias que son difíciles de digerir, aunque cuando lees la última palabra sabes que ha valido mucho la pena.