
Leer a Noelia Amarillo siempre es un placer, y puedo decir que después de leer varias novelas suyas me parece que es la mejor autora de erótica que tenemos en España. Está claro que esto es una opinión muy personal y tampoco las he leído todas, pero sí que puedo asegurar que nadie cuenta las escenas íntimas como ella.SINOPSIS: María, una mujer de poco más de treinta años, con un hijo adolescente y una vida cómoda en Madrid, se ve «obligada» a pasar las vacaciones de verano en el pueblo de su exmarido. Y no es que le haga mucha gracia… Un día, perdida en la sierra, encuentra una rustica cabaña de madera en un claro del bosque. Junto a ella hay un pequeño cercado con dos caballos; incapaz de resistir la curiosidad, se acerca para recrearse en sus movimientos sin saber que ella misma está siendo observada. A partir de ese momento todo su mundo dará un giro radical. Todo en lo que cree cambiará a manos de un desconocido que no permite que le vea la cara mientras le ordena, susurrante, que haga lo que jamás se atrevió a hacer. ¿Lo hará? ¿Se dejará llevar por las palabras encendidas, las caricias ocultas y la pasión prohibida de un hombre al que ni siquiera puede verle el rostro?
Desde luego Ardiente verano hace honor a su título. Esta novela es capaz de subirte la temperatura corporal desde la primera escena, y por muchas duchas de agua fría que te des no bajará. Y es más, seguirás recordando ciertas escenas eróticas después de terminarla.
Tras un inicio de lo más ardiente, donde María, una mujer viuda, tiene un encuentro muy pasional con un desconocido, vamos sabiendo qué la lleva al pueblo en el que está veraneando. Ha llegado desde Madrid con su hijo adolescente y está en casa de su suegro, Abel. Pero en esta casa también vive Caleb, su insoportable y huraño cuñado, o al menos esta es la opinión que tiene María de él, aunque no la mía, porque ya os digo que en más de una ocasión me lo habría traído para casa.
María es una mujer madura y también compleja, porque a veces te dan ganas de estrujarle el cuello y no se aclara ni ella misma y otras veces le pegarías un sopapo cariñoso para que espabilara un poco. No fue feliz en su matrimonio, aunque siempre se ha engañado y ha hecho ver que sí, sobre todo con su hijo. Ahora que él está en una edad un poco difícil, María encontrará en su suegro un gran apoyo.
Caleb, el cuñado, también es un hombre que tiene muy claro lo que quiere. Tiene paciencia y ha sabido esperar a la única mujer de la que ha estado enamorado, María. Tiene una relación especial con Andrés, su sobrino adolescente. Sabe cómo tiene que tratarlo y no se corta ni un pelo cuando lo tiene que reñir delante de su madre.
Aunque en esta historia nos encontramos con un extraño hombre que hace realidad las fantasías sexuales de muchas mujeres y en concreto la de María (ay, cuántos suspiros nos ha hecho soltar este misterioso personaje).
También hay un secundario de lujo. Particularmente Abel es un hombre que me ha conquistado desde la primera vez que sale, ya no solo por sus refranes y sus pildoritas sabias, sino también por el sentido común que demuestra durante toda la novela. Estos son los suegros que se merecen un puesto de honor en nuestras vidas.
Quizá hay un detalle que no me ha quedado muy claro, que para nada desmerece la novela, y es que no me creo que María no supiera quién se escondía detrás de ese misterioso hombre con el que mantenía todos sus encuentros sexuales. O puede que lo supiera y no quisiera descubrirlo por temor a enfrentarse a sus sentimientos. Casi me decanto por esta segunda opción.
Como os digo, Ardiente verano es una novela erótica que está muy bien narrada, con unos personajes que te robarán el corazón. Si te gusta la erótica, no dejes de leer esta historia.