En La ciudad de la luna eterna vemos a Clara tomar una decisión dolorosa y dejar atrás lo que más quiere para marcharse a Florencia y buscar a Robin. Clara está a punto de cumplir 18 años, y todas las experiencias que ha vivido desde que llegó a Colmenar la han hecho madurar. En Florencia se dará cita con una misteriosa chica, Camilla, que esconderá algún que otro secreto. Y Florencia, ciudad que aún conserva la esencia renacentista, se reencuentra con Robin, el chico de los ojos grises y corazón cálido.
En esta nueva aventura que emprenden Clara y Robin conocen a un extraño hombre llamado Dante, que parece tener muchas de las respuestas que nuestros protagonistas buscan. Sin duda, Dante es un personaje complejo y enigmático, un hombre que tiene mucha vida a sus espaldas, pese a lo joven que es.
Siempre he dicho que si hay algo que me gusta de esta autora son los títulos que pone a sus novelas. En cada uno de los títulos de esta trilogía observo una pequeña historia en ellos, que más tarde descubriremos en la novela en forma de cuento. Tiene además una narración muy cuidada y una de las tramas más originales dentro del panorama nacional.
En esta tercera entrega se nota una clara evolución de la autora y cómo la trama es mucho más intensa que en las dos anteriores novelas. Desde un principio la autora introduce al lector en la historia y va directa a lo que desea narrar. Como lectora agradezco que no haya mucha paja en una novela.
El ritmo de esta tercera entrega es algo más ágil que en las anteriores novelas, y la autora no da descanso al lector. A pesar de mostrarnos de forma exquisita la ciudad de Florencia y hacer que paseemos por sus calles, la historia avanza a un buen ritmo.
Otro elemento a destacar son los personajes. Tanto Clara, como Robin y Bosco son más maduros. Quizá aquí he echado de menos a Berta. Por otra parte, Dante es un personaje tan potente, que su sola presencia en muchas escenas “eclipsa” un poco a los protagonistas (no estaría mal un spin off de Dante para conocerlo un poco mejor). Yo lo agradecería mucho.
Y qué decir del final. Es perfecto y el que muchas de nostras esperábamos, sin duda. Aunque el triángulo amoroso Clara-Bosco-Robin está muy bien llevado, me ha gustado que la autora haya sido consecuente y haya apostado por quien ha apostado (tendréis que leérosla para saber de quién hablo).
Una última cuestión que me gustaría comentar. Me gusta que los editores den paso a este tipo de historias de autores españoles, porque estas novelas abren el mercado a muchos de nosotros. Esto siempre es de agradecer.
Con la colaboración de Montena