Mensajes cotidianos que contagian el buen humor. Las chicas de Fratini son mujeres con curvas, alegres, sin complejos, mujeres que nacieron como reacción y resistencia a la presión de la educación y la sociedad venezolanas (y esto es aplicable a todo el mundo latino) según las cuales una mujer ha de ser hermosa, pulcra, delgada, sonriente pero discreta... Sara logra transmitir optimismo y buen rollo con sus mensajes diarios, dibujos con un trazo aparentemente ingenuo con los que consigue que uno se sienta en casa. Los dibujos de Fratini poseen la profundidad y la sofisticación de lo sencillo, son frescos y están cargados de significado aunque solo hablen de café, de la primavera, de monstruos…

Sara Fratini de algo pequeño ha hecho algo grande. Es muy difícil defender en sólo un álbum ilustrado la necesidad que debe tener el individuo a estar bien consigo mismo. A modo de frases cortas y muy directas la autora da un repaso a todos los temas en los que nos vemos envueltos en nuestro día a día. Imagina que tienes un mal día, que nada de lo que hagas está más cerca de mejorarlo, Pues bien, ella propone una serie de soluciones que si bien parecen simples, son más difíciles de conseguir de lo que creemos. Si estás triste baila, si no lo estás también ¿Nos es difícil acaso seguir el ritmo del baile que supone la vida? La autora nos insta a que sigamos soñando, que nos reconciliemos con nuestros monstruos, que no necesariamente tenemos que tenerles miedo ya que muchas veces el miedo es lógico y necesario para solucionar muchos de nuestros problemas.
Hay libros que simplemente llegan en un momento adecuado, con unas ilustraciones simples, en blanco y negro con algunos toques en carne, su autora nos presenta a unas chicas reales, con dudas, con curvas, mujeres inseguras pero a la vez seguras de si mismas. Este libro es extrapolable a los hombres, todos los días nos levantamos de manera distinta, unas veces creyendo que no podremos salir adelante, y otras muchas siendo nuestro peor enemigo o nuestro mayor crítico, la autora en un alarde de positividad nos anima a que nos relajemos, que veamos las cosas desde otra perspectiva, si nos apetece no hacer nada ¿Por qué no? Todos en algún momento necesitamos tener tiempo para nosotros mismos.